Según el Instituto Nacional de Estadística, un 16% de mujeres y un 23% de hombres se declaran fumadores diarios. El tabaco es una realidad muy presente en nuestra sociedad, y aunque las campañas de concienciación que se están llevando a cabo en los últimos años parecen estar dando sus frutos, todavía existen muchas personas que no poseen la suficiente voluntad para abandonarlo.
Sabemos que el tabaco es uno de los principales enemigos de nuestra salud. La OMS lleva años alertándonos de sus consecuencias, y sin embargo, todavía no existen recursos suficientes para facilitar su abandono definitivo a toda la población.
El tabaquismo posee consecuencias negativas para la salud general, y especialmente, para la salud bucodental. Conocerlas puede ser la clave para crear conciencia sobre la necesidad de abandonar este hábito tan nocivo y optar por integrar hábitos de vida saludables a nuestro día a día.
¿Qué es el tabaquismo y por qué es tan nocivo para nuestra salud?
El tabaquismo es el hábito de fumar. Supone una adicción creada a partir del contacto de algunos elementos del tabaco, especialmente la nicotina, con nuestro organismo. Este elemento psicoactivo es altamente adictivo, lo que provoca que cada vez sea más difícil abandonar el tabaquismo.
Fumar cigarrillos de manera frecuente afecta negativamente a todo nuestro organismo, siendo una de las principales causas de muerte en el mundo. Sin ir más lejos, nuestra salud bucodental puede verse afectada de manera significativa debido al humo que ingerimos, lo que resulta especialmente preocupante para cuidar nuestros dientes y nuestra sonrisa.
¿Qué problemas bucodentales provoca el tabaco?
El tabaco provoca diferentes problemas bucodentales, como son:
Dientes y encías amarillas
La nicotina, en dosis frecuentes y expuestas en el tiempo, tiñe de un color amarillento nuestros dientes. Estéticamente, este problema puede afectar a nuestra autoestima. Además, la presencia de nicotina y otros elementos del tabaquismo en nuestra boca produce mal aliento.
Aunque los cepillados diarios pueden ayudar a combatir estos problemas tan característicos, la exposición frecuente al humo del tabaco resta efectividad a la higiene dental.
La manera más adecuada de combatir estas manchas es la realización de limpiezas profesionales, aunque las consecuencias del tabaquismo volverán a aparecer si tras ellas seguimos fumando.
Periodontitis
Las enfermedades de las encías son mucho más frecuentes y comunes en población fumadora.
Una persona fumadora puede acumular una gran cantidad de sarro en sus dientes y encías, debido a la disminución de saliva que provoca la nicotina. Esta acumulación excesiva puede desencadenar periodontitis, una enfermedad periodontal que debilita los huesos y las encías de las piezas dentales y puede llegar a desembocar en la pérdida del diente.
Halitosis
La halitosis o mal aliento es, también, un signo bucodental característico de las personas fumadoras.
Con cada inhalación de humo, sus elementos acceden a nuestra cavidad bucodental, manteniendo contacto directo con ella. Esto reseca las mucosas y reduce la saliva, lo que provoca problemas de mal aliento.
La halitosis es un problema que, en fases graves, puede limitar de manera muy significativa nuestra participación social, por lo que deberemos controlarla para evitar la experimentación de sus consecuencias negativas.
Este problema puede mejorarse mediante la realización de limpiezas bucales, pero volverá a hacer acto de presencia cuando volvamos a fumar. Por ello, la mejor manera de despedirse de esta afectación de manera duradera es superar la adicción al tabaco.
Caries
La disminución de saliva que provoca el tabaquismo aumenta la acumulación de placa bacteriana, lo que produce una mayor probabilidad de aparición de caries en nuestros dientes.
La caries es uno de los principales problemas dentales que existen actualmente, y puede tener consecuencias muy negativas para nuestra salud.
Otros problemas derivados del tabaquismo
Además, existen otros problemas derivados del tabaquismo que agravan, aún más, enfermedades bucodentales y la efectividad de sus tratamientos.
- La presencia de nicotina dificulta la cicatrización de heridas bucodentales, lo que puede ocasionar infecciones frecuentes y recurrentes.
- El sistema inmunológico pierde permeabilidad, estando más expuesto a la entrada de gérmenes y bacterias capaces de producir un gran abanico de enfermedades.
- Disminución de la efectividad de tratamientos de limpieza e implantes dentales.
Es muy recomendable realizar revisiones bucodentales con frecuencia, especialmente si somos fumadores. De esta manera, podremos descartar problemas en nuestra boca derivados del contacto con los elementos nocivos del tabaco.
Aún así, la mejor manera de prevenir estos problemas es abandonar el tabaquismo de manera definitiva. No hay mejor decisión para conseguir una mejoría de nuestra calidad de vida, reflejada en una mejor salud general y bucodental.